El Sol en la casa octava propicia las relaciones interpersonales. El punto fundamental es la comprensión profunda de uno mismo. Antes de ayudar a los demás, uno debe ayudarse a sí mismo. Alguien con una actitud desequilibrada en este sentido tiende a entrometerse en vidas ajenas; tiene la necesidad de compartir y comunicar pero suele acabar involucrado en situaciones desagradables.
Un acercamiento a partir del equilibrio otorga claridad personal y pone en uso cierto grado de sabiduría en las relaciones. Esta colocación a menudo enciende el deseo de ser psicólogo o terapéuta. Experimentar una armonía fuerte y profunda con otra persona es algo placentero. La profundidad en la comunicación es un aspecto importante si se tiene el Sol en la casa octava.
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