sábado, 7 de septiembre de 2013

Visión budista de la Luna en la casa 9.

   El contexto emocional es algo muy importante cuando se tiene a la Luna en la novena casa. Puede buscarse en forma constante el sentimiento correcto y apropiado. Interrogantes como "¿De dónde vengo?" o "¿De qué manera me relaciono contigo?" son comunes en la gente que tiene su Luna en esta posición.

    El idealismo filosófico o religioso busca expresar amor y compasión. Un budista con esta disposición lunar puede poner énfasis en la bodhicitta o lo que es lo mismo, el altruismo espiritual dirigido a beneficiar a los demás. La práctica budista de los Cuatro Pensamientos Inconmensurables abarca este ideal. Estos pensamientos son:

  • Que todos los seres sensibles tengan felicidad y sus causas.
  • Que se separen del sufrimiento y sus causas.
  • Que los seres sensibles experimenten una alegria  siempre permanente
  • Que permanezcan ecuánimes, sin que les afecten los prejuicios de amigos y de enemigos.
      De estos cuatro pensamientos, el de la compasión inconmensurable que lleva a desear que los demás seres no sufran es el que está más vinculado con la Luna en esta casa. Debo confesar que yo tengo a la Luna en la  cúspide de la casa IX y que probablemente por eso, entre otras razones, sigo el camino del Budismo Mahayana. El Mahayana es el gran vehículo de la práctica espiritual. Es un vehículo de grandes proporciones que puede transportar a mucha gente hacia la lejana región de la realización espiritual. Como si todos los seres sensiles voláramos en un enorme avión, en un boeing enorme boeing . Este vehículo representa la actitudde una práctica espiritual que trabaja por el bien de todos los seres sensibles. El fundamento de este concepto es que todos los seres desean ser felices y ninguno quiere sufrir. Si uno tiene la sensibilidad necesaria para adquirir esta conciencia plenamente, propicia el nacimiento de la actitud Mahayana de la Bodhicitta, que consiste en el deseo de alcanzar la iluminación para beneficio de todos.


   La Luna puede representar los componentes femeninos de una carta natal; por tal motivo, la práctica de las "deidades femeninas" o la de Avalokiteshvara o Chenrezig, el buda del amor y la compasión, son adecuadas. El Dalai Lama es una encarnación de este buda.


Visión budista de la Luna en la Casa 8.

    La Luna en la octava casa fomenta la armonía profunda, empática y compasiva del individuo con algunas personas. El principal objetivo es lograr la interacción emocional. Si no es establece comunicación sincera entre las partes, la persona puede sentirse insatisfecha, y si no cuida su sensibilidad, puede sufrir ansiedad. Estas personas poseen una poderosa habilidad para entender las respuestas emocionales de otros intuitivamente.

   Las prácticas diarias de meditación son una gran ayuda en este caso porque equilibran y relajan la sensibilidad emocional. Los budistas llamamos vida ideal a cierto estado de la conciencia que puede ser alcanzado mediante la meditación. En él el meditador adquiere una visión plena y claro sobre lo que desea de su propia vida. La vida ideal puede responder muy bien ante los estímulos de la gente en la vida de esta persona. 

  Si la Luna forma buenos aspectos con Neptuno y Plutón en esta casa, es posible desarrollar la clarividencia. Ser un clarividente preciso depende de la capacidad de desprendimiento de las emociones y proyecciones personales. De otra manera, la percepción se contamina de prejuicios. Si se establecen la sabiduría y el distanciamiento, será posible percibir el estado emocional de otros.