sábado, 7 de septiembre de 2013

Visión budista de la Luna en la Casa 8.

    La Luna en la octava casa fomenta la armonía profunda, empática y compasiva del individuo con algunas personas. El principal objetivo es lograr la interacción emocional. Si no es establece comunicación sincera entre las partes, la persona puede sentirse insatisfecha, y si no cuida su sensibilidad, puede sufrir ansiedad. Estas personas poseen una poderosa habilidad para entender las respuestas emocionales de otros intuitivamente.

   Las prácticas diarias de meditación son una gran ayuda en este caso porque equilibran y relajan la sensibilidad emocional. Los budistas llamamos vida ideal a cierto estado de la conciencia que puede ser alcanzado mediante la meditación. En él el meditador adquiere una visión plena y claro sobre lo que desea de su propia vida. La vida ideal puede responder muy bien ante los estímulos de la gente en la vida de esta persona. 

  Si la Luna forma buenos aspectos con Neptuno y Plutón en esta casa, es posible desarrollar la clarividencia. Ser un clarividente preciso depende de la capacidad de desprendimiento de las emociones y proyecciones personales. De otra manera, la percepción se contamina de prejuicios. Si se establecen la sabiduría y el distanciamiento, será posible percibir el estado emocional de otros.


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